lunes, 26 de enero de 2015

De oficio follar

Mi oficio es el de la faena, el meneo,
el de brincar hasta mirar cerquita a Dios
por supuesto me refiero al dios de lo obsceno,
el de gritar desenfadada en lo oscuro,
el de callar cuando tengo en la boca el deseo,
llámame es afirmación y de nombre María,
cinismo mi segundo mote y caliente el tercero,
tú, eres libre de aclamarme como mejor quieras
mientras miras la dulce abertura de mi infierno.

Es cosa ortográfica, comer con G, amar con M de mujer,
perderme entre blanco enigma, en el tibio esmegma,
en la mata de gruesos rizos que tomo como trinchera,
con un beso que te diga que estoy en diluvio constante
y con un sexo que te alabe como sitio divino de Onán.

He andado tantos nombres sin haberme perdido,
buscando la materia que me haga suculenta fruta,
vallar embravecido, inhóspita y exacta, salvaje rijosa,
una naranja mordida, una ciruela jugosa y partida.

Mi oficio es estar al borde del acantilado,
en perpetuo socorro, en infinito ademán de hambre,
tú como fornicio perpetuo, yo de abajo a arriba,

si follar de esta forma es un atentado, soy la anarquía.

Vámonos a un mundo, al mío

Tengo mi boleto sellado camino a la chingada
lejos de esta ciudad en llamas y heridas queloides
me olvidaré de este aire lleno de ferrita y egos,
me tiraré al manjar de la locura con sus vicios
andaré ante las lenguas desnuda y sin testigos
gritando mis secretos lúbricos, mis placeres picantes,
llevaré como bandera una zanahoria transgénica,
y como canto libertario el clap, clap de mis tetas al aire.

Mi andanza será nómada, mi pasión una manzana
llena de Ádan, con dos orificios para fumar la paz,
suficientemente grande para llevarnos al pecado,
para amanecer pegados y desterrados hacia la mar.

Mi grito durará no más de 30 años en el exilio
y su eco perdurará mientras llega la eternidad,
entonces mi nombre será crucificado por blasfemo,

y daré escondite entre mis piernas a quien quiera rezar.

Detalles delatores

Voy buscando tu corazón en cada fantasma,
en la cima de una mentira y el centro de una manzana,
la razón de querer ser partida en dos justo por el medio
atravesada y hacia el horizonte aventando la mirada
tú detrás del enigma, dando vida a la llamarada.

Encuentros de culpa sin culpa de nostalgias,
nos miramos a cada rato y entre tanto tus manos palpan,
fungen como piel sintetizada adherida a mi estampa,
las manos como brazas, los brazos como espadas
las piernas son fusil y son ariete, en medio de ellas
quedaré callada amando con M y sin poder decir nada.

Eres a distancia un desconocido que cruza el alba
luego las sábanas te dibujan y esta humedad encalla,
mi boca es tu precepto perfecto,
tu marlo el final de mi infancia.






Fuimos, éramos

Si supieras cuantas veces mi locura me ha vuelto loca,
y cuantas otras por estar loca me enamoro como idiota,
no te digo que te amo porque amor te tengo y me lo guardo,
si no estás aún estando es porque mi loca idiotez te está matando.

Tú me ves a los ojos y no dices las palabras, me buscas,
me callas, en un recuerdo húmedo y sugerente me hallas,
me encuentras en un presente completamente ausente,
esperando que el amor carnal sea el que a mí me esté quebrando.

Amanezco en llamas sin quién administre este incendio,
te has ido, me he marchitado, nos hemos partido, olvidado,
en un lugar no muy lejano (tu ausencia) me he hallado.



Tu gusto que es el mío

Toma entre tus dedos la parte que más ames de tu cuerpo,
siéntela, sacúdela violentamente, si duele estás en el lugar correcto,
si no duele has encontrado el lugar correcto, nada es incorrecto.

Pretendamos que soy un reloj sin minutero,
y te doy ahora, hora tras hora, sin detenimiento,
te miento, me adelanto, me vengo encima,
te duermo, árido te despierto, me viertes y te vierto,
me calculas si el sol está en mí meridiano cero.

Ahora creamos que nos amamos como mozuelos
Y te acerco la cadera a dos minutos del fuego
que se asoma estrujado entre pliegue y talle,
entre muslos lánguidos pero fuertemente certeros,
volvamos a amarnos sin que te importe si soy

aérea o soy el tiempo, seamos el manjar suculento.